En mi caso, mi grupo ha descrito a la tutora ideal Diana, la cual debe ser:
- ingeniosa y creativa
- tener pensamiento crítico
- escucha activa
- empática
- vocacional
- paciencia
- asertividad
- autoridad
- adaptable
- innovadora
- conciliadora
- dinámica
- buena comunicadora
- siempre dispuesta a aprender
- segura de sí misma
- escucha activa
- competente en su materia
Es una lista interminable, ¿verdad? La conclusión a la que hemos llegado es que un profesor debería cumplir todos estos requisitos (y más, seguro que se me olvida alguno), y ser una especie de superheroe.
Realmente todas y cada una de estas cualidades son importantes para un gran docente, y esto puede ejercer sobre nosotros, como futuros profesores, una gran presión. ¿Estaré preparado para ser todas estas cosas? Pues bien, yo creo que el profesor perfecto, el superheroe, no existe, y que es imposible e inhumano exigirle a un docente que cumpla con todo esto. El profesor es, ante todo, un ser humano, con derecho a equivocarse y a no ser perfecto.
Pero también pienso que, con vocación, amor y trabajo, la experiencia nos hará día a día mejores profesores, iremos alcanzado la mejor versión de nosotros mismos, y seremos grandes docentes.
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