lunes, 28 de octubre de 2019

La participación escoclar (Actvidad 10)

Desde mi experiencia, en los dos institutos en los que he estudiado siempre se ha puesto mucho énfasis en la participación escolar, entendida como el encuentro entre el centro, los alumnos y las familias, buscando así la colaboración entre todos los componentes de un centro educativo.

Resultaban actividades muy enriquecedoras, pues se potenciaba el buen ambiente, especialmente entre alumnos de diversos cursos y etapas, pues pos lo menos en mis centros nos "mezclaban" con diferentes edades, desde los 6 años de 1º de primaria hasta los 18 en 2º de bachillerato, lo cual rompía esa barrera entre los mayores y los pequeño, y, en cierta manera, servía para sentirte protegido o, según crecías, para ayudar a los pequeños.

También te ayudaba a conocer a otros profesores con los que no habías tratado, de otras especialidades y edades. Supongo que, para los nuevos profesores que se iban incorporando al centro, supondría un buen apoyo para su integración, tanto con sus compañeros docentes como con otros alumnos.

Y las familias también tenían protagonismo, pues se les pedía su opinión, participaban en la organización de las actividades (sobretodo desde el AMPA) y, en definitiva, estaban presentes.

Algunos de los ejemplos que yo he vivido y que, dada mi buena experiencia, propongo que todo instituto lleve a cabo, son:
  • semana de fiestas. En la semana de fiestas del instituto, los dos ultimos días (jueves y viernes) se suspendían las clases y se realizaban dos días intensos de actividades, por la mañana y por la tarde. Padres, profesores/equipo directivo y alumnos, cada uno tenía una responsabilidad en la organización de las fiestas (evidentemente en función de su capacidad de decisión), pero hacía que todos nos sintiéramos involucrados y que nuestra opinión se tuviera en cuenta.
  • acciones solidarias: se llevaban a cabo actividades de recaudación de fondos para destinar a diversos proyectos educativos externos al colegio. Aunque en mi caso mis centros eran religiosos y se solían destinar a acciones de la iglesia, esto se puede aplicar también en cualquier colegio público y para cualquier proyecto social. Algun ejemplo de recaudación de fondos es el bocata solidario (las familias llevan tortillas de patata y embutido, los alumnos más mayores preparan los bocatas y los venden, y los peques, ¡los compran y disfrutan!), talleres de artesanía para vender pulseras, imanes, etc (que se habían fabricado en el colegio).... y cualquier idea en este sentido es bienvenida.
En definitiva, la participación escolar es clave para el buen ambiente de un centro, y mediante la realización de actividades lúdicas se puede fomentar de una manera divertida y sencilla para todos.



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