Para clausurar esta asignatura, aquí viene, después de tanto trabajo, la última entrada del Blog.
Para terminar, vamos a suponer que estamos en 2030, y echamos la vista atrás, a 2019... y todo sigue igual.
El Semanal publica un articulo sobre como será la educación del futuro, y no estoy de acuerdo con muchos de los supuestos cambios que vamos a vivir.
Es evidente que el desarrollo tecnológico es mayor día a día, pero todo tiene su límite. También pensábamos que iba a haber coches voladores por estos años y que viviríamos en Futurama, pero no es así.
Entiendo que las clases vayan a ser cada vez más dinámicas, con cada vez mayor apoyo en las TIC para hacerlo más entretenido y sencillo....pero me parece intolerable la deshumanización que propone este artículo. Gafas virtuales, el colegio en el hogar, clases streaming, un nuevo idioma virtual, profesores sustituidos por robots.... ¿dónde va a quedar el calor humano de un profesor? ¿El ir al recreo a jugar con tus amigos?
Me parece que este artículo no tiene nada de realismo, y que los cambios que propone son desorbitados, especialmente en tan corto plazo de tiempo.
Bienvenidos sean los cambios tecnológicos que ayuden a conseguir una educación más eficiente, nuevos procesos de aprendizaje y una educación más divertida. Pero las relaciones humanas que nacen en un centro docente son insustituibles.
Ojalá en 2030 tengamos una educación que motive al alumno, en la que el fracaso escolar sea ínfimo, con profesores preparados y apasionados, en la que los alumnos se quieran y respeten, con una amplia atención a la diversidad, y que ningún niño sienta que venir al colegio es un castigo. Todo esto queda en nuestras manos.
Con esto me despido. Ha sido un placer trabajar con todos vosotros. Nos vemos en las aulas, en 2030, en carne y hueso.
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